Lo sentimos. Se ha producido un error.
Trade Portal Homepage
Business Listing Hub

La estación de las brumas y los cambios de colores, junto al mar

Cuando el sol de otoño baña las playas, el agua del mar está más caliente que nunca y los pájaros empiezan sus migraciones, llega también el momento perfecto para una escapada a la costa.

En estas fechas, los bares, los pubs y las tiendas son todavía más acogedores.

En la costa inglesa, el otoño es una estación marcada por los contrastes. En la entrada de la estación, los días siguen siendo sorprendentemente largos y el mar está más caliente que nunca (aunque sigue haciendo falta valor). Después, cuando los relojes retroceden una hora, los cambios empiezan a sucederse y llegan los primeros azotes del viento.

La luz también cambia: en el horizonte, el sol es más bajo y los bares, pubs y tiendas se convierten en lugares todavía más acogedores, especialmente cuando empiezan a encender las luces a media tarde.

Esas playas que solo unas semanas antes eran perfectas para tomar el sol están ahora a la merced de los elementos, listas para los amantes de los paseos en compañía del viento.

Si las condiciones lo permiten, incluso es posible salir a caminar a lo largo de la costa de South Hams, al este de Plymouth, justo al atardecer, cuando el sol de otoño inunda los valles y acaricia las laderas anchas y escarpadas de las colinas de la zona. 

La ruta litoral que flanquea las localidades de Salcombe y Kingsbridge también es una buena opción. Y si quieres acumular provisiones para el camino, puedes elegir entre cualquiera de las cinco o seis tiendas de empanadillas de cualquiera de los dos pueblos.

A medida que el paisaje de South Hams se precipita sobre la costa, basta con levantar la mirada para ver centenares de golondrinas apostadas sobre cables de teléfono, reunidas antes de partir rumbo a su migración anual hacia África.

Un punto al oeste de Salcombe puede ser una buena base para disfrutar de todas estas experiencias. Pide una copa de champán en uno de los bares de la zona y disfruta de las imágenes de la costa, los cielos de otoño, los ciervos y los pájaros. En este encantador rincón de South Devon la calidez y la luz del verano duran un poquito más.  Sin embargo, incluso aquí las estaciones terminan cambiando.

En la aldea vecina de South Huish o en el pueblo de Hope Cove, quien espere hasta el atardecer podrá ver como las golondrinas alzan el vuelo y se disponen en formación rumbo al mar, de donde no volverán hasta siete meses más tarde.

South Hams es un magnífico lugar para disfrutar de los colores de otoño de los bosques de la región. 

Al otro lado del estuario de Kingsbridge, desde Salcombe, encontramos el pueblo de East Portlemouth. A solo cinco minutos en ferry, una vez en el embarcadero puedes andar 2 km siguiendo la costa hasta Gara Rock, para sentarte en una terraza y disfrutar de las magníficas vistas de su almenada costa.

Los majuelos azotados por el viento y las aulagas amarillas se aferran obstinados a las cornisas de profundos barrancos. A juzgar por el murmullo de los pájaros y las densas copas de los árboles, uno diría que está a cientos de kilómetros de la playa. Es un paraje inundado por las sombras y los helechos y las paredes cubiertas de musgo dan a este valle un aire prehistórico.

Looking for an Autumn escape on the English Coast? Looking for an Autumn escape on the English Coast?
Looking for an Autumn escape on the English Coast?

Una tierra de cielos infinitos y atardeceres cobrizos

La costa de Norfolk es otra magnífica opción para una escapada en otoño. Los juncos y las ciénagas son habituales en esta región en la que la tierra y el mar se dan la mano y que en invierno se tiñe de rojo cuando se pone el sol.

Cley-next-the Sea puede ser una buena base de operaciones. Esta localidad es un auténtico regalo para la vista y sus casas con aguilones flamencos dan fe de la importancia que este puerto tuvo en el pasado en el comercio con otras comunidades del mar del Norte.  Sin embargo, el nombre del pueblo puede llevar a engaño, ya que la tierra ganada al mar con fines agrícolas ha alejado la línea de la costa casi dos kilómetros. Las marismas que rodean el pueblo pueden adquirir tintes mágicos en un día claro de otoño, con su solitario molino del siglo XVIII erigido en mitad de un paisaje de imponente planitud.

Cuando cae el sol, la exploración del litoral de esta parte de Norfolk puede convertirse en una experiencia de otro mundo. En mitad del silencio, un aguilucho pálido, un ave de presa que en otoño emigra hacia el sur para pasar el invierno aquí, puede pasar en vuelo rasante sobre los juncos en busca de algo que llevarse a la boca. 

Cuando llegue la hora de cenar, nada mejor que encaminarse hacia uno de los muchos pubs y tomar asiento en sus terrazas, convertidas en miradores privilegiados, o bien junto al fuego en el interior si el frío empieza a apretar.

Otro plan interesante puede ser llevarse de picnic alguno de los suculentos manjares de la tienda de gastronomía del pueblo, especializada en alimentos y bebidas locales, como la masa madre de elaboración artesanal o un delicioso pan con aroma a lavanda.

En el Cley Smokehouse es obligatorio probar el delicioso cangrejo de Cromer, capturado en la región, además de las langostas y los camarones. Además, también preparan comida para llevar, como por ejemplo media ración de salmón ahumado.

Por Mark Rowe