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La bahía de Robin Hood representa la costa de Yorkshire en su estado más crudo y elemental y es uno de los pueblos más fotografiados de Inglaterra.
Con sus callejuelas sinuosas y calles empedradas, antiguas cabañas de pescadores con techo rojo y playa virgen, es un lugar hermoso y tranquilo para explorar, con una oscura y emocionante historia de contrabandistas e incluso una red de pasadizos subterráneos.
Los autos deben estacionarse en la cima del acantilado antes de que los visitantes negocien el descenso sinuoso a través de este pueblo atemporal a pie. Aquí encontrarán una gran cantidad de delicias culinarias con establecimientos que sirven pescado capturado localmente y tés de crema de Yorkshire. Los interesados en la historia deben explorar la antigua estación de guardacostas del National Trust, un centro de visitantes local o el Museo Robin Hood's Bay, ubicado en lo que solía ser la Sala de forenses y la morgue, para ver su tesoro de artefactos de contrabando.