¿Navidades en el mar?

Vino caliente, castañas garrapiñadas, el tintineo de las luces en el puerto, los paseos iluminados... No hay nada como un mercado de Navidad junto al mar.  En diciembre, el espíritu navideño inunda muchos pueblos y ciudades del litoral, por lo que una escapada en estas fechas es una apuesta segura.

Para disfrutar de una atmósfera única y con un toque añejo, el pueblo de Alnwick, en Northumberland, tiene el privilegio de organizar dos mercados de Navidad, uno en la plaza mayor, en el casco antiguo, y otro a tiro de piedra, en los Alnwick Castle Gardens.

“Alnwick atrae a gente de todo el mundo”, asegura Robert Lundgren Jones, que organiza los Lundgren Tours en el pueblo. “El castillo de Alnwick fue uno de los escenarios elegidos para ambientar el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería en las dos primeras películas de la saga de Harry Potter. De todas formas, basta con un paseo por el pueblo para darse cuenta de su milenaria historia”.

El epicentro de la actividad es la Market Place, donde dos veces a la semana tiene lugar un mercado que, en Navidad, se completa con tenderetes y puestos típicamente navideños, con productos que van desde los quesos artesanales hasta piezas de madera tallada (¿qué tal un ajedrez de Northumberland como recuerdo del viaje?). 

Muy cerca, puedes entrar en A Taste of Northumbria, en la Market Place, y saborear el ron y la ginebra de Alnwick o el hidromiel de Lindisfarne.  En Navidad, además, también sirven copas gratis de vino caliente. 

El castillo de Alnwick es propiedad de la familia Percy y en sus entrañas se adivinan los oscuros sucesos acumulados a lo largo de siglos de historia. “Pasaron muchas cosas”, asegura Robert con una cierta modestia, “porque estaba muy cerca de la frontera con Escocia”.

La puerta de Bond Gate, uno de los accesos de la ciudad medieval, está presidida por Santa Claus y, por todas partes, las luces blancas y azules iluminan la oscuridad, mientras las gárgolas del castillo contemplan la acción desde las alturas. “Todos los edificios están decorados”, explica Robert.

Las celebraciones navideñas incluyen una procesión de tamborileros desde los jardines del castillo hasta el centro del pueblo. Y los jardines tienen su propio mercado de Navidad, con un espectáculo de luces tridimensional, muñecos de nieve parlantes, villancicos, una casa de pan de jengibre y un cerezal iluminado.

Entre las opciones de alojamiento en Alnwick destaca el Cookie Jar, un edificio de estilo georgiano y antiguo convento de misericordia recientemente restaurado, con habitaciones diseñadas individualmente y un acogedor bar. 

Más al sur, en Burnham Deepdale, junto a la carretera litoral A419, el mercado semanal se amplía en Navidad utilizando enormes carpas y también el interior de la iglesia de St Mary.

En sus puestos encontrarás recuerdos muy especiales, desde artículos decorativos de cristal tintado hasta telas impresas a mano u objetos de vidrio reciclado inspirados en la costa. Y si te entra el hambre mientras compras, recomendamos Pie Central, un tenderete especializado en tartas de Norfolk.

Otras ciudades importantes con mercado de Navidad son Brighton, concretamente en su Palace Pier, y Bournemouth. En esta última, podrás incluso perfeccionar tu nivel de patinaje sobre hielo, pasear por la ruta de los árboles de Navidad o dejarte llevar por la multitud que curiosea por los más de 100 puestos del mercado, donde podrás comprar turrones de Dorset o mermelada de guindilla. 

Si no quieres pasarte las Navidades recorriendo mercados, en la costa encontrarás también lugares peculiares para alojarte en esta época del año. 

A través de Landmark Trust podrás hacer realidad tus vacaciones de ensueño. 

En Suffolk, en la localidad costera de Aldeburgh, puedes pernoctar en la torre de Martello. En su día, fue la más grande y septentrional de una cadena de torres erigida como defensa contra la amenaza napoleónica. El interior abovedado de este imponente edificio cuadrifolio está cubierto por suelos de teca.

Landmark Trust ofrece otros increíbles alojamientos en la costa, como el Kingswear Castle, cerca de Dartmouth, en South Devon. Con su estilo a caballo entre el Tudor y el victoriano, todavía conserva las portezuelas de los matacanes, desde los cuales podía arrojarse agua sobre los fuegos prendidos por los atacantes contra la puerta. Desde el tejado, merece la pena contemplar las vistas a Dartmouth o a las formaciones rocosas junto al mar.

¿Quieres disfrutar de unas Navidades muy especiales?

Por Mark Rowe